Torrecárdenas, siglo XIX
Vamos a ver si somos capaces de que a algún burócrata del sistema médico
andaluz se le agrie el café con porras o, al menos, se le traspase un mínimo
del morrocotudo cabreo que tengo desde el sábado por la tarde. Aunque, la
verdad, para ello habría que presuponer que alguno de estos reyezuelos del
funcionariado médico-sanitario tiene un milímetro más de vergüenza que quienes
los representaban ese día en el ‘magno’complejo hospitalario almeriense, un
foco irreductible del espíritu decimonónico aplicado a la medicina y a la
asistencia sanitaria.
Les cuento la historia. Todo comienza hace una semana, cuando un familiar
directo, retorcido de dolor como una culebra, llega a las urgencias de esa
‘choza’ médica con que nos obsequian nuestros hermanos mayores de Sevilla. El
doctor, o lo que sea que le atiende, tras una exploración de cinco minutos,
decide que tiene gastroenteritis, le administra un par de medicamentos y a
casa. Ni una prueba. Pasan los días y el sábado, tras casi una semana de una
gastroenteritis fantasma, asaeteado por el dolor, decide cuestionar la opinión
del galeno y regresa al ‘tugurio’ médico de Torrecárdenas, entrando a las
cuatro de la tarde en Urgencias. Y comienza el festival. Lo primero es su
hacinamiento en una sala irónicamente llamada ‘de sillones’, donde permanecerá
¡doce! horas sentado y mezclado ‘codo con codo’con otra veintena de pacientes,
entre vómitos y gritos de dolor.
Tras cinco horas, el paciente no ha sido sometido a ninguna prueba, con lo
cual la familia comienza a demandar información y responde la primera ‘premio
nóbel’ de la noche, una doctora que asegura no saber nada y que ya se le
practicarán pruebas. A esperar. El segundo‘doctor honoris causa’ que ‘sufre’
las demandas informativas de la familia es un celador de ‘información’, a eso
de medianoche, tras ocho horas de ingreso, que responde a los familiares que
para qué quieren hablar con la doctora. Obviamente, para comentar el partido,
que ha ganando España. Se arma el primer Belén, porque resulta que la familia
no es un rebaño y exige el cumplimiento de uno de los derechos profusamente
expuestos en la pared, en la carta de derechos del paciente: “recibir
información precisa sobre su estado, él y sus familiares”.
Entre medianoche y las cuatro de la mañana, el paciente es sometido a tres
pruebas: analítica, ecografía y tag, pero nadie informa a la familia ni al
paciente hasta cerca de las cinco. En ese ínterin, otra doctora, Catalina de
nombre, sale a tomar el aire y, preguntada por la familia, dice no saber nada,
porque la médico que lo atendió se ha ido a dormir y ella no puede decir nada
más. Interrogada sobre por qué tras diez horas no se ha administrado una cama
al paciente, dice sentirse acosada y se va ante el peligro de que le agredan.
Pasa a la ‘sala de sillones’ y se queja al propio paciente de que su familia la
ha acorralado. A las cinco de la mañana, el paciente es trasladado a una cama,
la familia despachada y un tercer doctor informa de que, con las tres pruebas
en la mano, no puede diagnosticar. Al día siguiente, a mediodía, se le
repetirán. Han pasado más de doce horas desde el ingreso, doce horas sin
información al paciente ni a la familia, doce horas de malos modos, malas
contestaciones, gritos y total desatención. Jamás, digo jamás en la vida, uno
se había sentido tan humillado, tan impotente y tan protagonista de una
historia de Kafka. ¿Alguien ha explicado a estos señores que son empleados
públicos, servidores del ciudadano? ¿Alguien les ha especificado que su trabajo
es la salud de las personas? Querido burócrata, en mitad de su enésima
modernización de Andalucía, espero al menos haberle agriado el café con porras.
Gracias por todo. Y por nada. Firmado, uno de los ciudadanos que pagamos su
generoso sueldo.
(HASTA AQUÍ EL ARTÍCULO ORIGINAL, QUE SE PUBLICÓ EL PASADO LUNES. DESDE ENTONCES, ALGUNAS PERSONAS INTERESADAS NO HAN DEJADO DE ENTRAR EN ESTE HILO PARA INSULTAR, DESCALIFICAR Y MENTIR ACERCA DE LOS HECHOS QUE SE NARRAN Y LO HAN HECHO DESDE EL ANONIMATO. HE INTENTADO TODOS LOS MEDIOS CONVENCERLES DE QUE SE IDENTIFICARAN, PARA QUE JUGÁRAMOS TODOS CON LAS MISMAS REGLAS, PERO NO HA SIDO POSIBLE. ELLO ME HA LLEVADO A ELIMINAR LA POSIBILIDAD DE COMENTAR EL BLOG. ESTAMOS TRABAJANDO EN UN NUEVO TIPO DE BLOG QUE NO PERMITA HACER COMENTARIOS SIN ANTES HABERSE IDENTIFICADO DEBIDAMENTE. LO SIENTO POR LOS QUE SÍ OS HABÉIS IDENTIFICADO, PERO ESTE SISTEMA DE BLOG NO NOS PERMITE DIFERENCIAR Y BANEAR EXCLUSIVAMENTE A LOS ANÓNIMOS. ENTRE LOS QUE OS HABÉIS IDENTIFICADO, LO SIENTO SOBRE TODO POR MI HERMANO, AL QUE ESTOS MENTIROSOS Y DESCALIFICADORES ANÓNIMOS HAN OBLIGADO A HACER UN COMENTARIO CORROBORANDO EL DESARROLLO DE LOS HECHOS QUE SE NARRA. UNA PENA QUE LA OBSTINACIÓN EN EL INSULTO Y LA MENTIRA DESDE EL ANONIMATO OS PRIVE DE PODER COMENTAR ESTE ARTÍCULO. YO POR MI PARTE NO PUEDO HACER MÁS QUE LAMENTARLO).